Descripción
La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos, planificamos nuestra vida. Y esto nos sucede también con Dios… nos resulta difícil abandonamos a El dejando que el Espíritu Santo anime, guie nuestra vida, tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes con frecuencia limitados para abrimos a los suyos…. Preguntémonos: ¿Estamos abiertos a las sorpresas de Dios? ¿o nos encerramos, con miedo, a la novedad del Espíritu Santo? ¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido la capacidad de respuesta?
Valoraciones
No hay valoraciones aún.